Conciertos

 

18-02-2014

Los Coronas. Planta Baja, Granada


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Dos horas de concierto y cerca de treinta temas interpretados dan para una amplia reseña que vamos a dividir en partes cuantitativas y cualitativas.

La primera de ellas arroja un saldo netamente positivo para el quinteto madrileño: sold out (cosa muy difícil de conseguir en esta ciudad) y un público, que en su inmensa mayoría, se lo pasó de lo lindo. Paradójicamente, sobre todo para los que, por edad, hemos conocido los primeros pasos de Fernando Pardo, han conseguido Los Coronas ser una banda para toda la familia y todas las familias; allí bailaban en sana comandita padres e hijos, pijos y heavis, mods y perros flautas, encantados con la ensalada de ritmos que la banda propuso, celebrando los comentarios del maestro de ceremonias, que no escatimó en explicaciones y anecdotario variado. Si lo que la banda pretendía es hacer pasar una animada noche a su público, no podemos más que constatar que lo consiguieron con creces.

Por otro lado, en el plano cualitativo, cabría plantearse como lograron ese objetivo. Han sido Los Coronas los impulsores del formato de banda instrumental en nuestro país, basado su inicial discurso en una sólida y vasta cultura musical, emeritos en el apartado underground, contándose a la fecha por docenas los que han seguido su camino. Su esfuerzo para ir sumando nuevos matices a sus canciones han mejorado sin duda su producción discográfica, como lo certifican los recientes “Adiós Sancho” o “El Baile Final”. Añadir a sus primigenios referentes, Link Wray o The Trashmen, toques latinos aparte de un acierto es un paso lógico en su evolución y crecimiento como banda. Lo que es difícilmente defendible, según mi criterio, es hacer de la anécdota parte mollar del repertorio, deslizándose peligrosamente hace el terreno de la pachanga. Este discurso en el que la canción/chiste toma peso en el set list no tiene mucho sentido para el que firma esta crónica, que tiene claro cuales son las diferencias entre Dick Dale y Paquito El Chocolatero. Finalmente, y vistas y oídas las caras de satisfacción y comentarios de los asistentes, mi reflexión no busca más que la defensa de cierta porción de ortodoxia, que Los Coronas han decidido obviar. Triunfaron.

Autor: Manuel Borrero

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